Unidad 2 Tecnología e incentivos
2.9 Mercados, calorías baratas y algodón: las colonias, la esclavitud y la Revolución Industrial en Gran Bretaña
Como ilustra la figura 1.18, la Revolución Industrial que tuvo lugar en Gran Bretaña redistribuyó buena parte de la producción manufacturera mundial de Asia a Europa. Transformó la vida no solo en las islas británicas, sino también en gran parte del mundo. No es algo que simplemente «sucedió en Gran Bretaña», sino que fue resultado de las interacciones entre Europa y el resto del mundo.
Los textiles fueron la base de esas interacciones: las importaciones de India habían propiciado el gusto por las telas de algodón en Europa, especialmente en Gran Bretaña; gran parte de la nueva tecnología llegaba con los inmigrantes de la Europa continental; la principal materia prima (el algodón) venía de América, donde la recogían personas esclavizadas llevadas desde África; y el incentivo para fabricar textiles en grandes cantidades habría disminuido de forma considerable si no hubiera sido por los mercados británicos de ultramar.
Para mantener el impulso del crecimiento continuo cuando comenzó la Revolución Industrial, Gran Bretaña necesitaba acceso tanto a los factores de producción con que expandir la industria textil como a mercados en crecimiento donde vender los productos finales. Ya tenía en abundancia el carbón que haría funcionar las fábricas de tejidos y otras industrias después del desarrollo de la máquina de vapor. Pero para el algodón en bruto que necesitaba su industria y para los mercados en que vender su producción, fue crucial su posición dominante en la geopolítica global.
Al disponer de mercados en auge para los textiles y otros bienes manufacturados en Gran Bretaña, la Norteamérica colonial e India, además de África occidental y el resto del mundo, contaba con oportunidades de especialización en la producción de textiles y otros productos en los que Gran Bretaña disfrutaba de una ventaja comparativa. Los factores clave para la emergente industria textil eran el algodón y, aunque resulte menos evidente, las calorías. Los prósperos centros fabriles del norte de Inglaterra atrajeron grandes cantidades de trabajadores del campo. Alimentarlos requería importar calorías, especialmente en forma de azúcar, que principalmente producía mano de obra esclavizada en las Antillas británicas. El algodón en bruto que se transformaba en textiles en Gran Bretaña también procedía de plantaciones esclavistas situadas en su mayor parte en las colonias británicas de América del Norte y luego en los Estados Unidos sureños.
No cabe duda de que las colonias y la mano de obra esclavizada proporcionaron tanto los mercados como los materiales para la expansión de la producción que hoy llamamos Revolución Industrial. Una cuestión muy debatida va más allá de plantear si las colonias y la esclavitud tuvieron parte (la tuvieron) para preguntar si fueron necesarias, en el sentido de que, de no haber estado disponibles, es muy probable que la Revolución Industrial no hubiera ocurrido cuando y donde ocurrió.
Para responder una pregunta como esa, formulamos otra: ¿De dónde habrían venido las calorías y las materias primas para la industria textil si no hubiese sido de las plantaciones esclavistas de las colonias norteamericanas? Como explicamos en las secciones 1.10 y 1.11, decimos que esto es contrafactual.
Hemos tomado estos cálculos de Kenneth Pomeranz. 2000. The Great Divergence: China, Europe, and the Making of the Modern World Economy. Princeton: Princeton University Press. Capítulo 6 [La gran divergencia: China, Europa y el nacimiento de la economía mundial moderna, trad. cast. de Albert Beteta Mas, Barcelona: Arpa Editores, 2024].
Se ha estimado que producir, en granjas británicas, la cantidad de calorías proporcionadas por el azúcar obtenido por personas esclavizadas habría requerido entre un 11 % y un 15 % de toda la tierra cultivable de Gran Bretaña. Eso habría tenido el efecto de elevar sustancialmente el precio de los alimentos, lo que habría exigido un aumento equivalente de los salarios para permitir que los trabajadores británicos estuviesen bien alimentados para hacer su trabajo.
Sabemos que posteriormente, cuando cesaron las exportaciones de algodón a Gran Bretaña durante la guerra de secesión (como se trata en la unidad 8), resultó muy difícil encontrar sustitutos para el algodón estadounidense en Egipto, India y otros sitios. Si las plantaciones norteamericanas no hubieran proporcionado algodón como materia prima, es probable que la industria textil hubiese producido textiles de lana y no de algodón. La cantidad de lana equivalente al algodón importado de América del Norte habría requerido más suelo que todas las tierras de cultivo y pastoreo de Gran Bretaña combinadas.
Por lo tanto, si el dato contrafactual relevante es que, sin esclavitud y sin el Imperio británico, esas materias primas clave que impulsaron la Revolución Industrial habrían venido de Gran Bretaña, parece que la respuesta a la pregunta de si las colonias y la esclavitud fueron necesarias para que se produjera la Revolución Industrial en ese país es: sí. Aunque se hubiesen encontrado otras fuentes para esos factores de producción, es probable que su precio hubiese sido bastante más caro, en especial a la vista de las cantidades necesarias para sostener los niveles de producción creciente que se alcanzaron con la Revolución Industrial.
El efecto de estos mayores costes de las materias primas y la mano de obra (por el mayor coste de los alimentos) habría sido la menor rentabilidad de las nuevas empresas manufactureras. Y los menores beneficios se habrían traducido en que las empresas invirtieran menos en maquinaria y edificios. Fruto de ello, la producción por hora del trabajo habría aumentado más despacio.
En cuanto a los mercados, si bien la mayor parte de la demanda de textiles y otros bienes fabricados en Gran Bretaña vino de compradores nacionales, las ventas al resto del mundo tuvieron su importancia. Si el dato contrafactual fuera que las colonias británicas no hubieran existido y el continente americano hubiera estado poblado por sus habitantes indígenas, la demanda mundial de textiles británicos (en Norteamérica y en India sobre todo) habría sido mucho más reducida. En consecuencia, el precio al que se podría haber vendido la creciente producción de la Revolución Industrial habría sido más bajo, lo que disminuiría aún más los beneficios de las nuevas empresas y su capacidad de invertir y crecer.
Es posible que la esclavitud no fuese tan necesaria para la Revolución Industrial en Estados Unidos por la abundancia de tierra y, consecuentemente, la menor dependencia del azúcar caribeño producido en cultivos esclavistas. No obstante, la abundancia de tierra fue en sí misma la consecuencia de la eliminación casi total de la población indígena por la combinación de la fuerza militar y las enfermedades transmitidas por los europeos.
En la unidad 1, preguntamos si el dominio colonial británico contribuyó a la pobreza posterior de India, que antes de la Revolución Industrial había sido uno de los centros manufactureros más avanzados del mundo, con niveles de renta no muy diferentes a los de Gran Bretaña. En este vídeo, el economista Nathan Nunn investiga la trata de esclavos en el Atlántico, que desempeñó un papel crucial en el suministro de materias primas para la Revolución Industrial en Gran Bretaña, y su contribución a la persistencia de la pobreza en África en los siglos siguientes.
No podemos saber si, en ausencia de esclavitud y de colonias, la Revolución Industrial habría dejado de ocurrir y Gran Bretaña se habría mantenido en la trampa maltusiana. Tanto si fuera cierto como si no, el simple hecho de que podría haber sido así pone de relieve el punto clave. Las instituciones que contribuyeron a la Revolución Industrial en Gran Bretaña incluyen las que a menudo se destacan (como la propiedad privada, los mercados y la competencia entre las empresas en busca de beneficios, que en conjunto constituyen el capitalismo), pero también otras: el dominio colonial y la esclavitud de personas.
Ejercicio 2.12 El papel de la esclavitud en el desarrollo económico
En 1846, Karl Marx dijo: «Sin esclavitud no habría algodón, sin algodón no habría industria moderna».
Elige una parte de esta cita de Karl Marx y extrae pruebas que la apoyen o la refuten de una conferencia pronunciada en 2019 por el historiador de la economía Gavin Wright (también puedes leer un resumen de la conferencia aquí).