Unidad 4 Interacciones estratégicas y dilemas sociales

4.10 Cooperación, negociación y conflictos de intereses

cooperación
Participación en un proyecto común destinado a generar beneficios mutuos.

Cooperar significa participar en un proyecto común de manera que haya beneficios mutuos. La cooperación no tiene que estar basada en un acuerdo. Es posible que los jugadores, que actúan de manera independiente, decidan cooperar por alguna de estas razones:

  • Tienen preferencias sociales: son altruistas o tienen preferencias de equidad o quieren tener un comportamiento cooperativo recíproco.
  • Siguen un comportamiento basado en normas sociales: el convencimiento compartido de que en ciertas situaciones hay que cooperar y portarse bien con otras personas o de que los recursos deben repartirse de manera equitativa.
  • Participan en interacciones repetidas, lo que permite que los comportamientos de hoy se recompensen, se devuelvan o se penalicen en el futuro.

En otros casos, como en el dilema del prisionero sin repetición, acciones independientes conducen a un resultado que no es eficiente en términos de Pareto. Pero los jugadores podrían lograr un resultado que todos preferirían si llegaran a un acuerdo. Anil y Bala podrían convenir que ambos utilizarán el control integrado de plagas, pero tendrían que encontrar la manera de asegurarse de que ninguno incumpliera el acuerdo.

Las personas suelen recurrir a la negociación para resolver problemas económicos y sociales. Por ejemplo, la negociación internacional dio como resultado el Protocolo de Montreal, un acuerdo para eliminar el empleo de clorofluorocarbonos (CFC) con el fin de evitar un perjuicio (la destrucción de la capa de ozono).

Pero las negociaciones no siempre resultan exitosas, a menudo porque hay diferentes formas de cooperar y cada una de ellas beneficia a unos actores más que a otros. De ahí que puedan surgir conflictos de intereses sobre cómo se repartirán los beneficios mutuos que reporte la cooperación. Negociar implica acordar la contribución de cada parte y los beneficios que obtendrá.

Por ejemplo, imagina que un profesor quiere contratar a un estudiante como ayudante de investigación durante el verano. En principio, ambos tienen algo que ganar con esa relación: el estudiante conseguirá algún dinero y una experiencia útil. Cabe la posibilidad de que haya un beneficio mutuo, pero también hay espacio para el conflicto. Puede que el profesor quiera pagar menos al estudiante y reservar más dinero de la beca de que dispone para comprar un ordenador nuevo, o tal vez necesite que el trabajo se efectúe con rapidez, mientras que el estudiante tal vez quiera tener tiempo para tomarse unas vacaciones. Tal vez lleguen a un acuerdo que permita al estudiante ganar un pequeño sueldo mientras trabaja desde la playa. O quizás la negociación fracase.

Dentro del ámbito de la economía se dan muchas situaciones de este tipo. La negociación forma parte de la política, de las relaciones internacionales, del derecho, de la vida social y hasta de la dinámica familiar. Un sindicato podría estar dispuesto a aceptar nuevas prácticas laborales a cambio de un incremento de los sueldos, personas que comparten vivienda pueden acordar cómo repartir las tareas domésticas o un gobierno puede negociar un acuerdo con grupos descontentos para evitar inestabilidades políticas. Al igual que ocurría en el caso del estudiante y el profesor, es posible que ninguno de estos tratos llegue a producirse si no se alcanza un acuerdo satisfactorio para ambas partes.

Reparto de ganancias mutuas: el peso de las normas sociales y las preferencias sociales

Considera el siguiente problema de negociación. Mientras caminas por una calle en compañía de un amigo, te encuentras un billete de 100 dólares en el suelo. ¿Qué harías con ese hallazgo afortunado?

conflicto de intereses
Situación que se produce en una interacción si, para que una parte gane más, otra debe salir peor parada.

Lo más probable es que lleguéis a una solución cooperativa (y paretoeficiente) que reparta los 100 dólares entre los dos (en lugar de dejarlo en el suelo o romper el billete mientras os peleáis por él). Pero hay distintas maneras de repartirlo, y entre vosotros surgirá un conflicto de intereses sobre cuál de ellas elegir.

Las normas y las preferencias sociales ayudan a los jugadores a cooperar en situaciones como el dilema del prisionero o juegos de bienes públicos; y también podrían ayudarte a llegar a un acuerdo aceptable para ambos en este caso.

Tal vez en tu comunidad haya una norma social que diga que si tienes la suerte de encontrarte algo, debes repartirlo de manera equitativa. Entonces sabrás que si propones repartirlo al 50 %, es probable que tu amigo esté de acuerdo.

Las normas proporcionan un punto de partida para negociar. Pero sería de esperar que, aunque en la comunidad exista esa norma del 50 %, es posible que algunos individuos no la sigan a rajatabla. Algunas personas actuarán con más egoísmo del que dicta la norma, mientras que otras la aplicarán con más generosidad. Lo que suceda dependerá tanto de la norma social como de las preferencias particulares de las personas implicadas.

Una norma social similar se expresa en el dicho «Possession is nine-tenths of the law» (algo así como «quien tiene la posesión tiene la ley a su favor»). La segunda línea de la cantinela infantil en lengua inglesa «Finders, keepers» dice «Losers, weepers» («quien lo encuentra se lo queda» / «quien lo pierde lloriquea»), lo que significa que, si alguien pierde algo por accidente, no debe esperar compartir la pérdida con otras personas.

Supón que fuiste tú quien vio el billete y lo rescató del suelo. Si existe una norma social del tipo «quien lo encuentra se lo queda», se consideraría aceptable que te quedaras todo el dinero para ti o, al menos, que te correspondiera a ti la decisión de cómo repartirlo.

Pero incluso con una norma así, es posible que le dieras algo a tu amigo. Tal vez seas una persona altruista, como Zoë, y quieras que tu amigo también obtenga un beneficio. Una motivación algo distinta sería la aversión a la desigualdad o una preferencia por la equidad: quizá consideres justo que cada cual se quede 50 dólares. O puede que tengas preferencias recíprocas y quieras corresponder una gentileza que tu amigo tuvo contigo en el pasado.

Todas estas preferencias sociales influyen en el comportamiento de las personas cuando negocian entre sí, y a veces actúan en direcciones opuestas. Por ejemplo, si tienes una gran preferencia por la equidad pero sabes que tu amigo es muy egoísta y no actuaría de forma recíproca, tus preferencias por la equidad y por la reciprocidad te conducirían a resultados diferentes.

Ejercicio 4.11 Preferencias sociales al compartir

Anastasia y Belinda son muy aficionadas a salir en busca de objetos metálicos. En cierta ocasión, Anastasia detecta cuatro monedas romanas mientras que Belinda no tiene ningún éxito. Supón que ambas conocen las preferencias de la otra. Considera los siguientes pares de preferencias y explica si sería creíble o no que Anastasia compartiera (en alguna medida) esas monedas con Belinda:

  1. si ambas son egoístas;
  2. si Anastasia cree en la equidad, pero Belinda es egoísta;
  3. si Anastasia es egoísta y Belinda es altruista.